domingo, 28 de diciembre de 2008

De los 55 pueblos que existen en Treviño, 40 tienen toponimia vasca. El 75% de los topónimos de esta zona son euskerikos

Álava en euskera

El filólogo Luis María Múgica ha recogido en nueve tomos un total de 24.000 topónimos vascos que demuestran que tres cuartas partes de Álava fueron euskaldunes hasta el siglo XVI, al igual que algunas zonas de La Rioja y Burgos

http://www.noticiasdealava.com/ediciones/2008/12/28/sociedad/alava/d28ala8.1117514.php


El fiasco de los hallazgos de Iruña Veleia ha dado lugar a la reflexión, no sólo entre lingüistas sino también entre la gente de la calle. Una vez ha quedado descartado que Álava podía haber ocultado durante casi dos milenios restos escritos del euskera, lo que hubiera supuesto una auténtica revolución, afloran las opiniones de quienes sostienen que nunca hubo relación entre la lengua vasca y esta provincia.

No cabe duda de que entre los propios expertos la diversidad de criterios es evidente. Basta recordar la defensa, después cuestionada por la comisión de investigación, que al parecer emprendió el ya fallecido euskaltzale Henrike Knörr sobre los tesoros que presuntamente escondía el yacimiento; una postura que fue duramente criticada por colegas suyos como Joaquín Gorrochategui. En este encendido debate, sin embargo, también hay lugar para comentarios hechos con mala fe, por parte de quienes tratan de negar que el euskera también es patrimonio de los alaveses.

Y es que, pese a la decepción que finalmente desencadenó el culebrón de Veleia tras el informe definitivo elaborado por el grupo de trabajo que se encargó de estudiar los descubrimientos del equipo de Eliseo Gil, la realidad es que Álava siempre ha estado estrechamente vinculada a la lengua vasca. Eso es el menos lo que se desprende de un laborioso estudio que ha realizado Luis María Múgica. Este catedrático en Filología se ha pasado nueve años estudiando la toponimia alavesa, una fuente sin duda valiosa para conocer en qué lengua se comunicaban nuestros antepasados.

Las conclusiones del mencionado estudio son, cuanto menos, sorprendentes. Este experto filólogo ha recogido en nueve tomos un total de 24.000 topónimos euskerikos que datan de la Edad Media. De este minucioso análisis se desprende que tres cuartas partes del territorio eran vascófonas, además de algunas zonas de La Rioja y Burgos.

Precisamente uno de los enclaves con una mayor presencia de la lengua vasca fue Trebiño. Se calcula que el 75% de los topónimos de esta zona son euskerikos. "De los 55 pueblos que existen en el condado, 40 tienen toponimia vasca masivamente", afirma Múgica.

El nombre de Trebiño viene del latín tri sinium -tres límites-, y es el lugar en el que se reunían las tres tribus vasconas: los bárdulos, los caristios y los autrigones. En esta zona se han encontrado rasgos evidentes del euskera occidental, o vizcaíno, que es el que siempre se ha hablado en Álava, según la tesis que sostiene el experto. Prueba de ello son algunos nombres de municipios, ya fuera del condado, como Ullibarri, que emplea el adjetivo barri (nuevo), más propio de la lengua que se habla en Bizkaia, y no berri . También es un buen ejemplo de ello el nombre atxa , que es la forma vizcaína de decir aitza , que significa roca en euskera.

Muy cerca de Trebiño, en Peñacerrada, podría decirse que se encuentra el límite entre el euskera y el castellano. A partir de ahí, atravesando la Sierra de Cantabria hacia el sur, en Rioja Alavesa, los topónimos están masivamente castellanizados, si bien es cierto que hay algunas excepciones importantes.

Tal y como recuerda el filólogo en su estudio Arabako toponimia, fonetika eta etimologia , frente a la teoría de que el castellano nació en San Millán de la Cogolla, hay otros autores que sostienen que esta lengua se formó en boca de vascoparlantes que hablaban latín en la zona de Valdegobía. De hecho, Múgica insiste en la influencia en que, fonéticamente, ha ejercicio el euskera sobre el castellano, por ejemplo, en la utilización de las cinco vocales limpias.

En cualquier caso, tanto Valdegobía como buena parte de Rioja Alavesa presentan nomenclatura principalmente castellana. Pueblos como Laguardia son un ejemplo de que en las denominaciones se empleaba esta lengua frente al euskera, no así otras zonas más occidentales como Labastida, en las que la presencia del euskera era algo mayor. También los municipios de Ribera Alta y Ribera Baja, en la muga con la provincia de Burgos, fueron principalmente castellanohablantes.

su expansión

Presencia del euskera en Burgos y La Rioja

Sin embargo, quienes piensen que la expansión del euskera se frenó en la tierra del vino están equivocados, y ésta es una de las revelaciones con la que sorprende el filólogo vasco. Según sostiene Múgica en este trabajo, en la Edad Media, cuando los cristianos expulsaron a los árabes de la península, parte de las tierras de La Rioja y Burgos que quedaron desiertas fueron ocupadas por alaveses que hablaban euskera.

Así se explica que en muchas zonas de La Rioja occidental, sobre todo en la parte de Valdezcaray, un 80% de la toponimia fuera vasca. Lo mismo ocurre con la provincia de Burgos, donde Múgica asegura que también se habló euskera durante muchos años. En concreto, se pueden encontrar restos de toponimia euskerika a tan sólo 15 kilómetros de la capital. Sin embargo, es en el municipio de Belorado, donde las señales que evidencian la presencia del euskera en este territorio son más patentes.

A partir del siglo XVI, sin embargo, el castellano emergió con fuerza en toda Álava, borrando desde el sur hasta el norte los principales vestigios de la lengua vasca. Este proceso azotó también a una ciudad como Vitoria, pequeña entonces, pero con una población euskaldun. Cabe tener en cuenta que la capital alavesa tenía entonces tan sólo 1.400 habitantes. Ellos fueron los responsables de que hoy en día los ciudadanos se refieran a sus barrios con nomenclatura claramente vasca, como Zabalgana, Salburua o Lakua, entre otros nombres de barrios y zonas.

siglo XX

La lengua vasca retrocede hasta Aramaio y Villarreal

La localidad de Aramaio quedó como último reducto del euskera; también el valle de Villarreal, aunque en menor medida. De los 25.000 alaveses que llegaron a hablar en esta lengua allá por el siglo XIV, apenas quedó ni rastro a comienzos del siglo XX. Basta como prueba el dato que recoge Múgica en su estudio: en el año 1960 Álava estaba completamente castellanizada, hasta el punto de que en este territorio tan sólo 1.700 habitantes sabían hablar euskera. De ahí que en las viejas escrituras de bienes todavía se encuentren fallos gramaticales, como cuando los aldeanos se referían a algunos barrios de Vitoria como Errekaleor, al que hacen referencia como Ricalior .

La situación en Álava ahora es bien distinta, tal y como recuerda el propio filólogo. Frente a los malos momentos que ha vivido el euskera en el último siglo en este territorio, por fortuna, su conocimiento, y algo menos su uso, empieza a recuperarse. Se calcula que actualmente cerca de 60.000 habitantes son bilingües, lo que supone un 25% de la población. El futuro del euskera está en las generaciones venideras. No cabe duda del esfuerzo que los centros de enseñanza están haciendo por acercar la lengua vasca a los estudiantes ya desde la Educación Infantil, desde los primeros años de su vida. Todavía, sin embargo, queda un gran camino por recorrer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Treviño es Burgos, tontolava