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JAVI RUIZ, ACTIVISTA SOCIAL, AMIGO, COMPAÑERO
Un potente motor de la integración de Trebiñu en Araba se ha parado con tu muerte, Javi. Han sido casi veinte años de duro trabajo, de vitalista entusiasmo que nos has sabido contagiar incluso en los momentos más difíciles, primero en
Has sido de esas personas coherentes y comprometidas que redobla esfuerzos frente a las adversidades, un infatigable activista social, como acostumbrabas a referirte a tí mismo. Tu actividad, además de intensa, ha sido bien extensa, desde el compromiso sindical que te llevó a vivir la represión y masacre del 3 de marzo de 1976 en Gasteiz, pasando por la labor de cooperante en Guatemala y el Sahara, y otros muchos proyectos, sin olvidar tampoco tu dedicación a la agricultura biológica, a la divulgación del compostaje y, en definitiva, a lo que tuviera que ver con la protección de la naturaleza y la defensa del medio ambiente. El denominador común de esas actividades ha sido siempre el trabajo para construir una sociedad más justa, tu compromiso con un mundo más solidario.
En tu vida has sembrado mucha amistad y mucho compañerismo, en cada uno de los espacios en que has trabajado. Algunos hemos coincidido contigo en el movimiento social para la integración de Trebiñu en Araba. Otros han tenido la suerte de conocerte y trabajar contigo en otros ámbitos. Por tantos momentos compartidos, porque necesitábamos expresarte muchas cosas, este 15 de marzo buena parte de tus amigos y compañeros nos hemos unido en torno a tu recuerdo en el monte Rósteta, en el lugar donde Trebiñu mira a Araba, en una hermosa pradera de montaña, en las laderas donde se hermanan las hayas y las encinas, allí donde te estaba aguardando la muerte.
En ese mismo paraje hemos querido arroparte con nuestro afecto, al son de albokas, txistu y pandero, en el ambiente de fiesta que a tí te habría gustado, con la ikurriña agitada por el viento, como símbolo de
La ilusión siempre se renueva y termina alimentando con el convencimiento de que se está luchando por una causa justa, y merece la pena aunque se tenga enfrente el más rancio nacionalismo de la derechona castellana. Lo que es más jodido es cuando te toca bregar con el desapego y la inconsecuencia de las fuerzas políticas de aquí. Como toda aquella ilusión que derrochamos desde el 2005, con una larga lista de actividades, para que el Parlamento de Gasteiz creara una Ponencia sobre el contencioso de Trebiñu. Recibimos un montón de buenas palabras, ¿verdad, Javi? Pero ni un solo hecho. Hasta hoy.
Hay muchas y buenas maneras de mantener vivo tu recuerdo, pero creo que el mejor homenaje que desde Trebiñu podemos hacerte es continuar trabajando por la integración en Araba, con fuerzas renovadas, sin ceder ni a la imposición ni a
Roberto González de Viñaspre
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