El de Trebiñu es un conflicto histórico que cuatro siglos después de su primer episodio por su incorporación a Álava sigue sin cerrarse. Situado en territorio alavés, este enclave pertenece administrativamente descentralizado a Castilla y León a pesar de la voluntad de los treviñeses expresada en reiteradas ocasiones. El Parlamento vasco inició (2006/06/18) una ponencia sobre este tema y ante ella los partidos se posicionaron con estos argumentos.
EN CLAVE DE NORMALIDAD
Carmelo Barrio (PP Araba)
Está claro que son muchas las consideraciones que se mueven en torno a la realidad geográfica, histórica, política, institucional y emocional que se expresan en torno a este enclave burgalés en el corazón de Álava.
Y son muchas también las demagogias partidistas, las ambiciones territoriales, los miedos castellanos, las prevenciones alavesas, las veleidades nacionalistas, las prisas viscerales y las reticencias electorales en esta cuestión en las que la naturalidad, la normalidad y el rigor han brillado por su ausencia un día si otro también.
Está claro que Treviño algún día formará parte del Territorio de Álava como Gibraltar será España y todo porque lo que tiene que ser normal lo acaba siendo. Y entre tanto vamos a valorar las cosas que en la historia reciente se han hecho en favor de Treviño de verdad y no las que se han dicho desde el marketing del Araba Buru Batzar, pero en clave de confrontación para buscar un argumento electoral facilón.
Somos muchos los que queremos que Treviño con normalidad y naturalidad se integre en Álava pero también somos la mayoría los que queremos que esta integración futura se pueda hacer sin imposiciones, sin afrentas ni ofensas, con acomodo a los Estatutos de Autonomía vasco y castellano-leonés y a la legalidad vigente en el proceso administrativo. Sin trágalas ni agravios en función de pacatas líneas ideológicas. Yo soy concejal de Zambrana y todos los días que voy a mi municipio desde Vitoria o vuelvo paso por el Condado de Treviño y lo considero como cercano y como propio pero sin histerismo. La Diputación Foral de Álava con el actual Gabinete Rabanera ha firmado más convenios de colaboración y ha propiciado más el acercamiento con los municipios treviñeses que todos los años de gobierno del PNV juntos y eso es porque desde el Partido Popular del País Vasco la cuestión de Treviño la vemos desde la buena vecindad, el proyecto de futuro común, la perspectiva de acuerdo en el tiempo y la normalidad sin estridencias.
En contraposición el Gobierno vasco lo único que ha hecho ha sido enfadarse, romper mesas y escenificar pataletas.
La ponencia del Senado marcó un paso en su momento en la consideración y el análisis de los enclaves en España. Hoy un alavés preside el Senado y si en la Cámara alta puede estar la solución ¿cuál es el motivo de que Javier Rojo no se haya querido reunir en su actual mandato con los representantes de los treviñeses para estudiar actuaciones o por lo menos por cortesía territorial? Desde mi punto de vista la solución está en el Senado de España y en la posibilidad legal de una salida conjunta a los enclaves sin que pierda nadie y ganando sólo los vecinos, si la cosa es ganar.
Carmelo Barrio es parlamentario por Álava del Partido Popular
TREBIÑO TREBIÑO DA ETA KITTO
Rafa Larreina
En los últimos cien años los habitantes del enclave de Trebiño han manifestado reiteradamente y de forma absolutamente mayoritaria su voluntad de integrarse administrativamente en Araba, pero todavía hoy seguimos sin resolver un contencioso que ya resulta ahistórico y que, como decían los clásicos, repugna a la razón.
Con el inicio en el Estado español de la transición de la dictadura franquista a la democracia se abrió una puerta a la esperanza, confiando en que por fin la realidad administrativa respondiese a la realidad social. Aquella esperanza, sin embargo, se ha demostrado vana hasta la actualidad por fuerza de una trasnochada concepción nacionalista española que ha cegado hasta la fecha todas las vías legales posibles para que la realidad administrativa esté al servicio de los ciudadanos de Trebiño y no al revés. Desde esta perspectiva, la única posibilidad de resolver civilizadamente este contencioso es renunciar a la confrontación de concepciones nacionales, dejar al margen los legítimos sentimientos identitarios y adentrarse por caminos estrictamente democráticos posibilitando que el conjunto de treviñeses y treviñesas decidan. Al resto, Comunidad Autónoma Vasca y Comunidad Autónoma de Castilla y León, nos corresponde escuchar la voz de la ciudadanía de Trebiño, respetarla y poner los medios para que ésta se pueda llevar a la práctica, porque Trebiño Trebiño da eta kitto. Sólo la ciudadanía de Trebiño debe decidir qué quiere ser y dónde quiere estar.
Entretanto, desde Eusko Alkartasuna iremos preparando informes económicos, programas y propuestas de actuación de las instituciones vascas para superar el déficit de infraestructuras y servicios que Trebiño tiene en relación con la Comunidad Autónoma Vasca por mor de la desidia histórica de las instituciones de Castilla y León con respecto a Trebiño. Porque respetar la voluntad de los treviñeses implica también que desde el momento cero, en el que su voluntad se haga efectiva, tengan las mismas oportunidades que los demás vascos a la hora de acceder a atenciones, infraestructuras y servicios.
Rafa Larreina Vicepresidente Segundo del Parlamento vasco y parlamentario de EA
Vías muertas y UNA OPORTUNIDAD ABIERTA
Karmele Berasategi
Tras siglos de contencioso, en plena "transición", a Trebiñu se le ofreció la solución de los Estatutos. Y así han pasado 30 años, con Trebiñu condenado al limbo, viendo la voluntad de sus habitantes embarcada en viajes circulares que siempre terminaban en ninguna parte. 30 años son demasiados y más que suficientes para constatar que cualquier vía que termine en Burgos o en Valladolid es una vía muerta para Trebiñu. El respeto a los derechos y a la voluntad de los y las trebiñesas, su reincorporación administrativa en Araba, no pueden plantearse desde la trampa del actual marco.
La Ponencia constituida en el Parlamento en torno al contencioso de Trebiñu debería tenerlo presente. Porque no es legítimo jugar con el futuro de Trebiñu y sus habitantes dependiendo de intereses partidistas o electorales. Ese es el riesgo que corre la Ponencia, convertirse en un foro de interminables debates y dejar pasar otra legislatura sin plantear un solo paso en la práctica. Teniendo en cuenta que ha pasado un año largo, desde que la propuesta llegó a sede parlamentaria, para que la Ponencia celebre su primera reunión, el riesgo es más que evidente.
Por eso resulta imprescindible hacer un ejercicio de responsabilidad. A nadie se le escapa que la oportunidad abierta en Euskal Herria, la posibilidad de poner en marcha un proceso de resolución del conflicto, un proceso en el que se reconozca y respete la decisión de la ciudadanía vasca, también es una oportunidad para Trebiñu. Responsabilidad significa no jugar con Trebiñu, no volver a condenarlo a la vía muerta. Responsabilidad significa dejar de marear a los y las trebiñesas y tomar medidas que palien la negación de derechos a la que todos los días tienen que hacer frente. Y responsabilidad significa garantizar la participación directa de Trebiñu en el proceso que se abre en Euskal Herria, plantear el respeto a la voluntad de sus habitantes, buscar el reconocimiento y la garantía de sus derechos junto a la del resto de habitantes de Euskal Herria.
Karmele Berasategi es parlamentaria del Ezker Abertzalea (EAB)
Trebiñok erabaki dezala
Iñaki Gerenabarrena
La reivindicación puntual suele tender a ser espectacular. Acciones reivindicativas, manifas, cortes de vías de comunicación, lluvia de panfletos...
Gran estallido. Noticias en el periódico. Al día siguiente, una nueva noticia o un nuevo conflicto tapa al anterior.
Las reivindicaciones permanentes mojan y calan como el sirimiri. Mojan y mojan y mojan hasta calar en la sociedad. Puede que se produzcan momentos puntuales de estridencia pero lo normal es que en las mentes de las personas crezca la sensación de que poco a poco llegará el momento de que esa reivindicación se resuelva. Si en Euskal Herria tenemos una reivindicación que, aparte de la nacional, se ha convertido en permanente, ésa es la de Trebiño.
Los alaveses, tanto los que administrativamente formamos parte de Territorio Histórico de Álava como aquellos que lo hacen de los ayuntamientos de Trebiño y La Puebla de Arganzón, llevamos sufriendo siglos de injusticias e incomodidades. Llevamos siglos reivindicando la incorporación de Trebiño al resto de Álava como reconocimiento de las exigencias de los ciudadanos de Trebiño. Permanentemente.
Permanentemente y con una sensación amarga. Porque aquí existen dos tipos de posiciones: los que piden y los que impiden. Los que piden respeto a las decisiones de los trebiñeses y los que las impiden. ¿He dicho dos posiciones? Error, hay tres posiciones. Los que pedimos, los que impiden y los que dicen una cosa u otra según convenga o según donde estemos.
Porque ¿cómo se entienden las posturas del Partido Popular, del PSOE o de IU? ¿Cómo es posible que en Euskadi sus posicionamientos sean favorables a la integración y al respeto a la decisión de los trebiñeses y hace menos de un mes, en el Congreso de los Diputados, votaran en contra de tomar en consideración la opinión de los trebiñeses en este conflicto? ¿Quién puede poner orden en las desavenencias entre las organizaciones vascas y castellano-leonesas de estos partidos? Ellos mismos, evidentemente. Pues ya están tardando.
Para EAJ-PNV la reivindicación trebiñesa es permanente. Forma parte de nuestro ADN político. Aparece en campaña y fuera de ella, en debates de política general y en la definición de las políticas de gobierno. Es como el sirimiri, poco a poco pero calando.
Seguro que hay quien prefiere la espectacularidad de la tormenta y a quien le parece que siempre llueve demasiado poco. Es posible, pero que nadie dude del trabajo que todos los días y en muchos ámbitos se realiza para lograr el respeto a la decisión de los trebiñeses.
En este contexto se enmarca, evidentemente, la ponencia sobre Trebiño del Parlamento vasco. Creemos que podemos ser (y además queremos serlo) un eslabón más en la resolución de un problema secular.
El Parlamento vasco puede y debe estudiar la situación del contencioso, las implicaciones que éste tiene en la vida de los ciudadanos, las políticas de gobierno que se siguen para intentar minimizarlas. Puede coadyuvar en las necesarias negociaciones entre instituciones para la resolución del conflicto.
En suma, puede ser una buena herramienta para que, definitivamente, entre todos podamos poner en marcha un proceso que logre lo que desde el titular de este artículo reivindicamos: Trebiñok erabaki dezala.
Iñaki Gerenabarrena es parlamentario de EAJ-PNV y presidente del Araba Buru Batzar
DIÁLOGO Y CONSENSO
Kontxi Bilbao
"Treviño algún día formará parte del territorio de Álava como Gibraltar será España y todo porque lo que tiene que ser normal lo acaba siendo"
La primera vez -de la que hay constancia documental- en que la ciudadanía de Trebiño reivindicó su pertenencia a Álava fue en 1646. La última, en 1998. Más de un 76 % de los censados en el condado participó en una consulta popular en la que una amplia mayoría (68,14 %) apoyó la convocatoria de un plebiscito para expresar su voluntad. Sin embargo, el Gobierno estatal declaró nulo el referéndum y, desde entonces, poco o nada se ha hecho para solventar el conflicto.
A día de hoy la necesidad de consenso entre los diferentes territorios y partidos políticos para resolver el contencioso sigue siendo una constante. Así, y no nos duelen prendas en reconocerlo, Ezker Batua Berdeak realiza una labor de diálogo intenso con los compañeros de IU Federal, de Burgos, Miranda de Ebro y Castilla y León para acercar posturas. De momento, hemos logrado pasar de posiciones radicalmente contrarias a más abiertas al diálogo, porque lo más importante son los intereses de los ciudadanos de Trebiño, por encima de partidismos.
Hasta ahora, la excusa de los inmovilistas para negar el derecho de los trebiñeses a decidir su futuro era el denominado conflicto vasco. Hoy ese argumento ya no vale. Ante un inminente proceso de normalización política, la expresión de la voluntad popular no es sólo algo legítimo, sino de derecho.
En el año 95, el Senado aprobó, por unanimidad, una hoja de ruta para este condado con la creación de una serie de foros de trabajo interinstitucionales e interterritoriales que hoy se deberían recuperar con urgencia en la Cámara Alta, máxime cuando ahora su presidente es un alavés, Javier Rojo.
Debemos tender puentes de diálogo y desterrar las posturas maximalistas. El problema no es político, sino de derechos ciudadanos de los trebiñeses, como dónde escolarizar a los hijos, dónde realizar la declaración de la renta ó a qué centro sanitario acudir. Ahora estas cuestiones se solventan de forma transitoria a través de convenios con las instituciones vascas, pero es necesario darles cuanto antes una resolución definitiva. ¿Cómo? Con diálogo, consenso y respetando lo que decidan nuestros vecinos del condado.
Kontxi Bilbao esparlamentaria de Ezker Batua Berdeak
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