sábado, 8 de diciembre de 2007

Antecedentes históricos de la villa de Trebiño (1161 Sancho VI el Sabio)

Cartas al Director desde Trebiño



EL Estatuto de la comunidad autónoma de Castilla León impide que Trebiño se desvincule de la provincia de Burgos y pase a integrarse en Araba. Un deseo de la mayoría de los habitantes de Trebiño, plasmado durante y tras la dictadura franquista con mayor fuerza. El diputado en Cortes Emilio Olabarria denunció, tras conversar en esas Cortes con políticos del PP, que "el enclave de Treviño se ha convertido para algunos partidos en el paradigma de la unidad de España".

Respetando siempre la elección de los habitantes de ese condado, cuya opción es la de integrarse en la provincia de Araba, pasemos a ver cuáles son sus antecedentes históricos para reivindicar su inclusión en ese territorio vasco.


En 1833 se formula la división del territorio de España en forma de provincias, como hemos llegado a la actualidad, sumándose a ellas la provincia de Navarra tras la conversión forzada del Reino, después de la derrota de la primera guerra carlista y la Ley mal llamada Paccionada.
En esta división el condado de Trebiño fue integrado en la provincia castellana de Burgos.

Previamente, en el año 1646 se intentó (re)incorporar el condado a la Hermandad, otros dicen provincia, de Álava. Para algunos este dato demuestra la unidad de Treviño y Álava, comparándola con la real incorporación de Oñate a Gipuzkoa o las Encartaciones a Bizkaia, siempre bajo la estructura estatal del Reino de España.


En 1417, Vitoria, Salvatierra y Treviño conformaron la Hermandad dentro de la corona castellana. Este régimen de Hermandad es la continuidad del creado en el año 1358. En ella participaban no sólo ciudades o villas de la actual Álava, sino otras villas, pueblos y ciudades que, al igual que las alavesas, formaron parte del Reino de Pamplona o Navarra.
Así: Logroño, Nájera, Santo Domingo, Miranda, Briones, Salinas de Añana, Salinillas, Labastida, Portilla, Lapuebla de Arganzón, Peñacerrada, Santa Cruz de Campezo y Haro. Si acudimos al origen, nos podemos preguntar quién fundó y otorgó fueros a la villa de Trebiño. Pero aún antes hay que citar otro hecho importante. En dicha localidad existía un castillo defensivo navarro; en diferentes documentos podemos encontrar a sus tenientes o funcionarios, en forma de alcaides, desde el año 1076. En el siglo XII, concretamente en el año 1161, el rey vascon Sancho VI el Sabio concede el título de villa a Trebiño. Este dato lo podemos encontrar en una inscripción de la ermita, antigua iglesia, de San Juan.

Durante la conquista de 1200, esta villa aguantó las acometidas de las tropas castellanas. Nunca fue rendida, pero las circunstancias estratégicas de la guerra obligaron a su intercambio por otras plazas navarras situadas más en el interior del territorio y por ello más peligrosas en cuanto avanzadilla castellana. La imposibilidad de poder enviar ayuda a los sitiados de Gasteiz, tras más de nueve meses de asedio castellano, fue una de las claves de la entrega de la inexpugnable villa de Treviño.

Iñigo Saldise Alda

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