Miles de euskaltzales reivindican la integración de Trebiño en Álava
la fiesta de ikastolas aboga por el uso del euskera en la zona
La organización homenajea a las primeras familias que apostaron por una educación euskaldun en Argantzon
maría baigorri
La puebla. La Puebla de Arganzón desplegó ayer todas sus energías en acoger a los 28.000 euskaltzales que se acercaron para zambullirse en la 27ª edición del Araba Euskaraz.
La fiesta anual de las ikastolas de Álava se vivió este año bajo el sello de la singular reivindicación de integrar el Condado de Trebiño en el territorio. A pesar que el municipio amaneció gris y la lluvia acompañó a vecinos y visitantes durante toda la mañana, la comida, el vino y la música hicieron crecer la fiesta a partir del mediodía. El número de asistentes no fue el esperado, a causa del mal tiempo. Según la organización, se contabilizaron 4.000 coches y 140 autobuses.
La ilusión del director de la ikastola Argantzon, Ekaitz Lotina, ganó ayer al cansancio acumulado durante la organización del Araba Euskaraz. Según valoró, seis años después de la colocación de la primera piedra, "el proyecto se va afianzando".
La ikastola comenzó a andar con once alumnos y actualmente acoge a 39 niños de cero a seis años y tres pequeños los que se despiden ya del centro. "Los veo muy mayores, porque llegaron con dos años; esto significa que ha pasado un ciclo", indicó Lotina. A partir de ahora, se propone "afianzar la ikastola de una vez por todas, conseguir financiación estable y que el euskera en Trebiño pueda llegar a hablarse con normalidad". Lotina recordó que La Puebla "es alavesa todos los días, ya que así lo sienten sus vecinos".
Del mismo modo, el director de la Federación de Ikastolas de Álava, Joseba Aginagalde, reivindicó la integración de Trebiño en Álava, "un camino difícil, dados los problemas jurídicos y administrativos actuales". Sin embargo, aseguró que desde las ikastolas se pueden ir dando pasos hacia esa integración.
Motor del euskera en la localidad, el centro rindió un homenaje a los primeros padres que matricularon a sus hijos en euskera. Entre otras, las familias Campo-Ansotegi, Juez-Nicolás, Velasco-Martínez, Ramos-Montlor, Zelaia-Hernández, Argote-Jodrá, Cuadrado-Ortiz, Padilla-Gago, Seoane-Fraguas o Vegas-Simal.
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